Tokio. En Jinbocho, el barrio de librerías más grande delámundo, los días transcurren con tranquilidad. En lasácallejuelas alejadas del tráfico, la gente pasea curioseandoáentre centenares de libros, cómics, guiones de cine e inclusoámapas antiguos: hay variedad para todo tipo de lectores.á En la librería Morisaki, un pequeño negocio familiar, apenasácaben cinco personas. Montones de libros atestan lasáestanterías hasta invadir todos sus rincones y, cuando elátimbre sobre la puerta anuncia la llegada de un cliente, suápropietario, el tío Satoru, se asoma de inmediato desde elámostrador. Recientemente su esposa, Momoko, lo ha estadoáayudando, pero su sobrina Takako tambien lo acompañaáen sus ratos libres. Para el aniversario de bodas de Satoru y Momoko, la jovenáles regala un viaje romántico. Satoru está preocupado porála librería, pero acepta que Takako lo reemplace duranteáunos días y se mude a la habitación de la planta superior,ácomo ya hizo en el pasado. Volver a sumergirse en la atmósfera atemporal de Jinbocho,ácon su colorido panorama de habituales y visitantes, serááel empujón que Takako necesitaba. Por primera vez enámucho tiempo, se siente entusiasmada. Porque una librería,ádescubre, está poblada de historias; no solo las que escondenálos libros,