El hombre en busca de sentido es el estremecedor relato en el que Viktor Frankl nos narra su experiencia en los campos de concentración. Durante esos años de sufrimiento, experimentó una existencia desnuda, desprovista de todo salvo la vida misma. Pese a haberlo perdido todo, padecer hambre, frío y brutalidades, y estar muchas veces al borde de la ejecución, Frankl reconoció que, a pesar de todo, la vida es digna de ser vivida. Su testimonio muestra que la libertad interior y la dignidad humana son indestructibles. Como psiquiatra y prisionero, Frankl reflexiona con sorprendente esperanza sobre la capacidad humana de trascender las dificultades y descubrir una verdad profunda que da sentido a nuestras vidas. Su método psicoterapéutico, la logoterapia, se centra precisamente en la búsqueda del sentido de la existencia. Según Frankl, cada persona debe asumir la responsabilidad ante sí misma, ante los demás y ante la vida. ¿Qué espera la vida de nosotros? Esta pregunta se convierte en el eje central de su filosofía y terapia, guiando a cada individuo a encontrar un propósito que les permita superar cualquier adversidad.