Amanda, una arquitecta exitosa y felizmente casada, de repente se ve envuelta en una serie de fenómenos extraños y perturbadores. Una propuesta profesional dirigida a su jefe se transforma en un mensaje lleno de insultos obscenos. En su hogar, escucha golpeteos inexplicables y experimenta una incontrolable necesidad de fumar nuevamente, lo que resulta en un accidente donde quema accidentalmente a su esposo con un cigarro. Además, sus noches están plagadas de sueños inquietantes con una figura femenina de dientes afilados junto a un mar rojo como la sangre. Amanda se siente profundamente desequilibrada y teme estar perdiendo la razón. Se debate entre la posibilidad de estar poseída por un demonio o simplemente estar sufriendo un severo problema mental. En medio de todo esto, una parte de ella se pregunta si, de alguna manera retorcida, está disfrutando de lo que está ocurriendo, lo cual la aterroriza aún más. Esta narrativa sugiere un conflicto interno profundo en Amanda, donde la línea entre la realidad y la percepción parece desdibujarse. Sus experiencias desafían su comprensión de sí misma y de su entorno, llevándola a cuestionar su propia cordura y moralidad en medio de su éxito profesional y vida matrimonial.